Los gofres tienen una peculiaridad: reciben su nombre del instrumento con el que se hacen. Así pues, la gofrera es la evolución natural de las “waffers”, o las dos planchas metálicas con las que en la antigüedad se cocinaba la masa de lo que hoy son los gofres. En esencia, hoy en día una gofrera son dos planchas que se calientan mediante una resistencia eléctrica. Al cerrarse ambas planchas, queda en medio nuestra masa y poco a poco se va cocinando hasta tener listo nuestro gofre.

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Como puedes obervar, todas las gofreras tienen una superficie de cuadrados que le dan a nuestros gofres su característica forma. Hay de diferentes tamaños, para hacer varios gofres a la vez, otras gofreras que nos sirven para darles la forma de waffles a nuestra masa, reversibles…

Y las mas curiosa, por si queréis hacer algo distinto: una gofrera para hacer gofres al estilo Hong Kong o bubble waffle. Este tipo de gofres no tienen la la habitual forma de un gofre belga. Son una masa similar a los waffles, pero en vez de surcos cuadrados, la masa se cocina formando burbujas. Esta masa la podemos liar, creando un un cono y llenarlo de lo que más nos guste. Es una curiosa variación muy de moda en países orientales que cada vez más se está importando a occidente. Una vez hecha la masa y formado el cono, el límite lo pone tu gusto y tu imaginación.

En la mayoría de los casos, cualquier gofrera cuenta con una superficie antiadherente. Esto viene muy bien para evitar que nuestra masa, una vez cocinada, se pegue en la superficie. En cualquier caso, se recomienda el untar con un poquito de mantequilla, y usando los dedos, la superficie de la gofrera. Esto ayudará mas todavía a que nuestro gofre no se pegue y se estropee al abrir y quererlo sacar.

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